Un viaje inesperado
Desde el primer momento no me lo podía creer, pero fue así como probablemente comenzó mi viaje.
Un día en clase, como otro cualquiera, llegó la noticia de una beca para pasar 10 meses en Estados Unidos, tardé en reaccionar ante esa idea, ya que era un sentimiento de querer ir alguna vez allí, pero no poder; hasta ahora. En verdad pillé por los pelos la convocatoria, ya que el último día de inscripción fue un domingo, justo cuando eché la solicitud.
En principio sabia que me cogerían para la primera etapa, que solo era la inscripción al programa, después siguiendo las instrucciones de la organización llegue a las prueba, la de verdad, un examen que a mi me pareció más fácil de lo que esperaba, además pude visitar Málaga, por un día. Aún creyendo que la prueba fue fácil, no estaba seguro de si me iban a escoger, y cuando pase, no me lo pude creer. Hice prácticamente lo mismo que en la primera prueba, seguir instrucciones aunque más nervioso, debido a que si pasaba conseguiría el viaje. Aunque la segunda prueba la hice nervioso, pude pasarla cosa que tampoco creía, pero ahí estaba en la lista de seleccionados, no había marcha atrás, eso me dije a mi mismo, ya que si he pasado por todo esto con éxito para que renunciar.
Tras papeleo infinito, o eso parecía, ya que la organización no dejaba de mandarme hojas y hojas para rellenar, y cada vez me impacientaba más ya que quedaban dos reuniones para conocer a los becarios, las normas, las convalidaciones, etc, todo sobre EEUU, ya que nos vamos 10 meses solos, prácticamente. En la reunión de Málaga ya conocí a algunos becarios y aunque eramos pocos y tuvimos poco tiempo, se notaba el buen rollo. Estuve rellenando más papeleo importante, hasta que un día me dieron familia, ya que allí nos acogerán una familia del lugar, hable con ellos y de hecho estoy en contacto con ellos todavía.
Pero todavía tenia muchas dudas, que se resolverían en la reunión de Madrid. Dicha reunión que agrupo a 100 becarios adolescentes en un hotel de 4 estrellas en Madrid, nada malo podía pasar, claro que nada malo paso. De hecho no pude conocer a todos ellos, ya que fueron pocos días para establecer una mínima relación de amistad, cosa que es difícil pero no imposible, de hecho algunos de ellos son amigos míos y son unos maquin@s. Aquella reunión disipó muchas dudas y nos pudimos conocer y pasar un buen rato juntos. También contamos con la estimada presencia de la hija de Amancio Ortega, Marta Ortega, la cuál colabora con el proyecto y es una de las personas a la que agradecería esta oportunidad.
Tras esto mis nervios fueron desapareciendo y convirtiéndose en alegría e ilusión ante un viaje prácticamente desconocido para mi. Tengo muchas ganas y estoy motivado para seguir con esto hasta el final. Gracias a toda la gente que hace que esto se haga realidad, a los 100 becarios que vamos a Estados Unidos, que sois unas magníficas personas.
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